Vivimos en un mundo maravilloso,
todos los seres humanos
tienen los dientes blanquísimos
y bien alineados
huelen siempre a jabón
juzgan con la garantías de saber
del dolor
y de hacerse un feto en la cama
mientras lloran la Muerte
todos han tenido la dosis de dolor adecuada
ni un ápice más
-solo algunos un ápice menos-
que les hace saber,
han dormido las noches como ultimátums
en el amor y en la muerte
y saben a qué sabe
la saliva del suicidio.
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