sábado, 17 de julio de 2010

Desiertos inundados


Hay desiertos capaces de beberse diluvios y seguir siendo desiertos. Todos arrastramos sequedades excesivas compuestas de años vividos y de décadas no vividas. Cuando uno camina a través de esos Saharas inmensos no distingue los horizontes. Ni el de delante ni el de detrás, sólo una leve reverberación, un vaporeo que es el miedo a la muerte.

Regar un desierto no es un acto voluntario, es más bien un premio, algo que sucede de vez en cuando. A los desiertos interiores se les riega con lágrimas de sal fabricadas de pérdidas y olvidos. Existen lágrimas rojas, amarillas y negras; nadie sabe de colores tanto como para establecer una jerarquía, lo que es bueno y lo que es mejor. Hay mujeres que lloran en azul, otras en verde. Lo importante es llorar y saber para qué y por qué se llora. Hay hombres-desierto disfrazados de hombres felices, siempre tan encorbatados y teatrales. Sonríen grietas por la comisura de los labios y se desmigan al primero de los vientos de otoño.

Hay personas-agua que se reproducen en cada esperanza, en cada sonrisa, en cada dedo que escribe y toca.


viernes, 16 de julio de 2010

Consejos de padre

"Hijo, búscate un reino a tu medida, pues Macedonia es demasiado pequeña para ti".
Filipo de Macedonia, padre de Alejandro Magno

martes, 6 de julio de 2010

BIG BANG BIG BOOM-Blu

La última animación de Blu, también la más larga hasta la fecha y en la que introduce novedades, ya que no solo hace uso de la pintura..un repaso de la historia del planeta muy artístico!

viernes, 2 de julio de 2010

TORMENTA

Los truenos, mis latidos;
los relámpagos, pensamientos fugaces.
Las gotas me mojan la cara
el olor me trae buenos recuerdos:
arena y toboganes húmedos
tardes de libro, manta y sofá.
Como el río que vierte sus aguas al mar
mis lágrimas se mezclan con la lluvia,
me limpia los ojos
me aclara las ideas
me refresca el ánimo
miro al cielo con sus negras nubes
y grito: TORMENTA...VIDA!!

SÓLO LA MUERTE- Pablo Neruda


Hay cementerios solos,
tumbas llenas de huesos sin sonido,
el corazón pasando un túnel
oscuro, oscuro, oscuro,
como un naufragio hacia adentro nos morimos,
como ahogarnos en el corazón,
como irnos cayendo desde la piel del alma.

Hay cadáveres,
hay pies de pegajosa losa fría,
hay la muerte en los huesos,
como un sonido puro,
como un ladrido de perro,
saliendo de ciertas campanas, de ciertas tumbas,
creciendo en la humedad como el llanto o la lluvia.

Yo veo, solo, a veces,
ataúdes a vela
zarpar con difuntos pálidos, con mujeres de trenzas muertas,
con panaderos blancos como ángeles,
con niñas pensativas casadas con notarios,
ataúdes subiendo el río vertical de los muertos,
el río morado,
hacia arriba, con las velas hinchadas por el sonido de la muerte,
hinchadas por el sonido silencioso de la muerte.

A lo sonoro llega la muerte
como un zapato sin pie, como un traje sin hombre,
llega a golpear con un anillo sin piedra y sin dedo,
llega a gritar sin boca, sin lengua, sin garganta.

Sin embargo sus pasos suenan
y su vestido suena, callado como un árbol.

Yo no sé, yo conozco poco, yo apenas veo,
pero creo que su canto tiene color de violetas húmedas,
de violetas acostumbradas a la tierra,
porque la cara de la muerte es verde,
y la mirada de la muerte es verde,
con la aguda humedad de una hoja de violeta
y su grave color de invierno exasperado.

Pero la muerte va también por el mundo vestida de escoba,
lame el suelo buscando difuntos;
la muerte está en la escoba,
en la lengua de la muerte buscando muertos,
es la aguja de la muerte buscando hilo.

La muerte está en los catres:
en los colchones lentos, en las frazadas negras
vive tendida, y de repente sopla:
sopla un sonido oscuro que hincha sábanas,
y hay camas navegando a un puerto
en donde está esperando, vestida de almirante.


ABUELO, EN MI CORAZÓN!