Si el ciclismo está ligado al nombre de Perico Delgado, también lo está la Carrera del Pavo, una modalidad entre deportiva y lúdica que se encuentra ya consolidada y enraizada en la Navidad de Segovia.
Este año además se cumple un aniversario especial, pues son 75 años desde que se puso en marcha esta singular carrera de bicicletas sin cadenas que se disputa cada 25 de diciembre por la mañana en las inmediaciones del Acueducto.
Su denominación responde al premio que se entrega al ganador, y su celebración ha experimentado algunos cambios a lo largo de este tiempo, hasta el punto de que existen dos modalidades. Además se ha modificado la forma en que se entregan los premios y su popularidad ha hecho que ya se celebre en otras ciudades españolas.
Se trata de una prueba ciclista que se disputa con bicicletas sin cadena, de modo que los participantes se dejan caer subidos en su bicicleta desde lo alto de una cuesta, junto al Acueducto, y con el impuso deben recorrer la mayor distancia posible. La Carrera del Pavo se ha desarrollado de forma ininterrumpida desde el año 1935. La organización de esta singular prueba ciclista corre a cargo del Club Ciclista 53x13 y el patrocinador principal es el Ayuntamiento de Segovia, a través del Instituto Municipal de Deportes.
Este año la prueba dio comienzo a las 11.30 horas y el recorrido partió de la Plaza de Díaz Sanz y desde ahí pasan por las calles Teodosio El Grande, bajan a la Plaza del Azoguejo y comienzan la subida por la calle Cervantes, Obispo Gandásegui, Conde Gazzola di Loretto, y Plaza del Seminario, para recorrer un total de 580 metros.
Como su nombre indica, el ganador se lleva un pavo; el segundo clasificado, un pato; y el tercero, un pollo. Además los tres reciben una botella de cava. En todo caso todos los participantes serán obsequiados con una botella de sidra. Este año también, al final de la competición se sorteará entre todos los participantes una bicicleta donada por el Instituto Municipal de Deportes
Los primeros recorridos salían de la localidad vecina de La Lastrilla y terminaban en Vía Roma. Pero al cabo del tiempo y gracias al movimiento natural del manillar para mantener el equilibrio encima de la bicicleta, se fue comprobando que además de ayudar a mantener el equilibrio, este movimiento también hacía avanzar la bicicleta. A partir de ahí se fueron aumentando los retos hasta la actualidad, en que la prueba sin perder su origen, se basa en avanzar en una bici sin pedales cuesta arriba.
La carrera desde hace varios años se disputa en dos modalidades: bicis con ‘rueda normal’ y bici con ‘rueda excéntrica’. Esta última permite que con impulsos se pueda avanzar hacia arriba, por lo que se hacen dos competiciones paralelas.
Aquí dejo una galería de fotos, antes de que se me congelaran las manos:
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