sábado, 24 de abril de 2010

Insensible


La insensible
jamás nutrió al pájaro
que habitaba en sus ojos.
Descubrió que abrir las piernas
era más fácil que abrir los brazos,
por eso revienta sus grifos
y enciende sus cuernos.
La insensible
mató la cuna y los pezones del hambre,
nació columpio
y pronto se deshizo de los niños,
amarla es irrumpir el silencio de las piedras.
La insensible
por insensible dejará huérfana su sombra,
romperá su voz de lluvia
para olvidar la melancolía de los dientes.
La insensible transita en su diástole,
con su mente hecha ovillo
en alguna botella fermentada de espinas.
Importa poco su esqueleto fútil
y la jauría carcomiendo los retratos.
La insensible prefirió arrancar sus oídos
a escuchar los relámpagos en su pecho.
Indiferente, fría...insensible.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Brutal. Cargado de fuerza y rabia. Me encanta!

Sujari Bejarive dijo...

Duro y bello. Por lo tanto, de gran valor...