martes, 24 de febrero de 2009
Incomprendida
La noche estaba fría.
Una leve brisa jugueteaba,
meciendo mis rizos,
enfriando mi cuerpo.
La noche caía, calmadamente.
El cielo pintado de cientos tonos de azul,
El frío, más persistente ahora,
invadía las entrañas de mi cuerpo.
Rodeada de completa soledad,
oía de lo lejos el rumor de una ciudad inquietante,
Llena de vida, pero al mismo tiempo tan muerta.
De vez en cuando oía una risa,
una mera carcajada,
proveniente de lo lejos.
Sentada bajo los pies de un árbol,
miraba a mi entorno,
tratando de comprender a mi alrededor.
Y fue por un momento,
casi un instante,
Que sentí,
sentí que el mundo no podría ser más frío y callado.
Que por un momento,
me senti sola e incomprendida.
Abrazando un mundo,
en el que la fuerza y la esperanza,
lentamente se iban drenando por mi corazón.
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