Se acerca la navidad, sigilosamente, sin prisa, pues sabe que sin ella todos los adornos, mercadillos, villancicos, dulces, luces...no significan nada. Cada vez que te descuidas, avanza un día más, día menos hacia, no ya lo inesperado, pues todos sabemos a lo que nos enfrentamos: villancicos atronadores que se repiten hasta la saciedad en los centros comerciales; manadas de personas con miles de bolsas en cada mano dedicándose a ir de escaparate en escaparate, de tal manera que sea imposible andar normal por la calle; la imposibilidad de ver una buena película en la televisión que no dure menos de 5 horas por culpa de los anuncios, odiosos anuncios de colonia, juguetes, videoconsolas...; la hipocresía de dar dinero a los pobres solo en esta época del año, pero como en el cepillo los domingos en misa, tirando la moneda fuerte para que todo el mundo lo oiga...y así podría llenar hojas y hojas!
La navidad, personalmente, es una época del año que debería desaparecer del calendario. Para empezar, la idea comenzó siendo religiosa, el nacimiento del salvador, pero allá llegó el Corte Inglés para convertirlo en una frivolidad sin parangón, unas ansias de consumismo desenfrenadas, cenas familiares donde, lo más seguro, todos estén deseando la muerte al de al lado. Pero lo peor es cuando juntas ambas cosas y ves a la iglesia sacando “tajada” de esto.
Otro tema son los niños, inocentes que confían en sus padres cuando les dicen que un gordo vestido de rojo entra por la chimenea(cuando el 80% de las casas no la tienen!) y se quedan tan tranquilos...Toda la vida diciéndote que no aceptes caramelos de desconocidos, y después te tienes que fiar de una caja que deja un tío feo con barba por la noche debajo de un árbol hortera a más no poder. Claro, las caras que se les queda cuando se enteran que todo era un fraude, que la leche con galletas no se la tomaba Rudolf, sino su padre...Por suerte, a mí, futura ingeniera, no me cuadraban las cuentas. Me explico: cuando me iba de vacaciones a la playa con mis padres, yo contaba y tardábamos 5 horas; a mí que me explicaran como un gordo con un trineo tirado por renos era capaz de dar la vuelta al mundo y encima, parándose a beber champán en cada casa...vamos, que tenía que acabar con una moña! No me extraña que solo trabaje un día al año, los otros 364 días está de resaca.
Lo bueno, si hay algo bueno, es que conocemos al enemigo, cada año es igual, Ramontxu con su capa dando las campanadas, ir con tus primos a aguantar 3 o 4 horas de pie para ver una triste carroza y que te tiren caramelos a la cabeza... Pero lo peor no es eso, que va, lo peor es cuando tu prima te dice: “Prima, llévame a hablar con Baltasar!” Ahí no tienes escapatoria: te toca ir al centro comercial de turno, con todos los diabólicos adornos por todos los lados, las luces, muñecos de nieve, renos, el “y beben y beben y vuelven a beber” taladrándote el cerebro, hacer slalom entre mil bolsas con cuidado de no perder a tu prima, pegarte con las señoras mayores que quieren colar a sus nietos...y estar los siguientes en la cola y que te diga tu adorable y encantadora prima: “No, esque ya no me apetece!” Para cortarte las venas con un adorno, meterte una sobredosis de mazapanes y liarte a beber como los putos peces en el río...
FELIZ NAVIDAD A TODOS!!
4 comentarios:
ya hablamos de esto hace algun tiempo,un año exactamente supongo,ejeje
y ya te dije, que a pesar de tener mas razon que un santo, siempre hay algo que se pueda salvar, la ilusion de los niños pequeños por ejemplo. en mi caso, una excusa para volver a ver a la familia(como siempre en torno a una mesa en la que nos ponemos tibios) y al menos en mi caso, sin desear mal a nadie, quien no quiere ir, no va y punto(mi tio por ejemplo nunca viene).
y por ultimo, pero no me nos importante es una excusa ideal para tener vacaciones lejos de nuestra adorada escuela!!
Lo de las luces navideñas, los villancicos y la parafernalia de los regalos me da un poco de repelús, pero debo admitir que de pequeño me hacía mucha ilusión, y mientras tenga hermanos y prim@s pequeñ@s, seguiré actuando cada navidad para que ellos puedan disfrutar de esa inocente ilusión... ¿no crees que merece la pena?
Prefiero tomármelo como un juego más que como una obligación.
¿En serio borrarías la Navidad sin más? ¿O intentarías retocarla para que sea más humana y menos falsa?
ion, sinceramente:no. opino que no se puede cambiar, porque el espítitu de la navidad en sí mismo egoísta...
Recuerdo un amigo que fue a ver a Queen hace poco y volvió muy ilusionado y contento y una amiga común le hecho la bronca de su vida, porqué, pues porqué iban con el Paul Rogers y la chica decía que nada que eso no era Queen y que se estaban aprovechando del nombre, después de discutir un rato, di un golpe en la mesa y le dije: deja que cada uno disfrute con lo que quiera disfrutar a pesar de que sea lo más falso que te tires en la cara, deja a la gente ser feliz a su manera. Lo mismo digo
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