miércoles, 6 de abril de 2011

Ramas de tilo


Sé que las distancias y las acortaduras no son solo físicas; a veces, es la mente la que juega y confunde, la que inventa y desinventa. Me gusta recortar esas distancias figuradas, viajarlas, desmadejar sus trucos para sentir la brisa del mar, el ambiente viciado de la noche, el que pesa y araña.


La vida es un largo viaje hacia ningún sitio. Pensamos en años y en espacios físicos venideros, en metas y objetivos, pero el viaje verdadero es por dentro, entre las vísceras, allá donde se guardan los recuerdos y las emociones. Al final, cada uno vacía su saco de lo sentido en una báscula y lo pesa. Nadie juzga, nadie condena. Cada uno se mira al espejo y decide si mereció o no la pena.


Me queda tiempo para ese tránsito, espero; mientras colecciono generosidades, paciencias, sonrisas, labios que veso -veso de vuelo, no beso de cruz-, ojos marrones profundos y ramas de tilo que me permitan llegar a la copa del árbol; para observar; para observarme.

2 comentarios:

Ion dijo...

...para mirarnos, para saber que a pesar de las distancias, seguimos pensando el uno en el otro...

Miss you! ;)

Leticia Encinas Rosa dijo...

...para evitar que el día a día nos trague en su inmensa rueda y guardar un huequito de nuestros pensamientos para la gente que de veras merece la pena...eso es lo más importante!

miss u too!!!