Tras muchas lágrimas aprendí que llorar no vale la pena.
1 comentario:
Anónimo
dijo...
Tu lo has dicho, no se trata de olvidar lo pasado ni dejar que nos destruya el presente, ni tampoco vivir permanentemente en el futuro, sino, como diría Krishnamurti, de integrar...
Una vivencia es, en realidad, una idea, un pensamiento. Es decir, cómo interpretamos y archivamos eso que nos ha ocurrido.
Una razón más para no perder esos rasgos que con nostalgia recordamos del pasado... y que seguimos teniendo aunque los tapemos con todo tipo de películas de indios de las cuales somos directores, productores y actores.
Estupendo post.
Por cierto, sobre la muerte en sí, en mi opinión, no es más que la vuelta a donde vinimos, el reencuentro con el Todo del que nunca hemos dejado de ser una parte, una materialización concreta y puntual...
1 comentario:
Tu lo has dicho, no se trata de olvidar lo pasado ni dejar que nos destruya el presente, ni tampoco vivir permanentemente en el futuro, sino, como diría Krishnamurti, de integrar...
Una vivencia es, en realidad, una idea, un pensamiento. Es decir, cómo interpretamos y archivamos eso que nos ha ocurrido.
Una razón más para no perder esos rasgos que con nostalgia recordamos del pasado... y que seguimos teniendo aunque los tapemos con todo tipo de películas de indios de las cuales somos directores, productores y actores.
Estupendo post.
Por cierto, sobre la muerte en sí, en mi opinión, no es más que la vuelta a donde vinimos, el reencuentro con el Todo del que nunca hemos dejado de ser una parte, una materialización concreta y puntual...
Saludos...
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