El racismo es una teoría fundamentada en el prejuicio según el cual hay razas humanas que presentan diferencias biológicas que justifican relaciones de dominio entre ellas, así como comportamientos de rechazo o agresión. El término 'racismo' se aplica tanto a esta doctrina como al comportamiento inspirado en ella y se relaciona frecuentemente con la xenofobia (odio a los extranjeros) y la segregación social, que son sus manifestaciones más evidentes.
El termino raza se utiliza en la cultura occidental desde el momento del primer encuentro con pueblos de características externas diferentes. Desde entonces, hasta la segunda mitad de siglo XX se establece una jerarquía entre las " razas" basándose en diferencias observables: el color de la piel, la forma del cráneo, del cabello, la estructura física. A partir de ahí comienza el postulado de la existencia de diferentes razas; clasificando de esta manera los grupos humanos por sus características biológicas en superiores e inferiores. Del concepto raza sale él termino racismo que defiende la diferencia racial y supremacía de unos pueblos sobre otros.
La raza blanca, desde el primer momento, se consideraba superior, mas desarrollada, mejor preparada, y más armada para ser conquistadora. Desde las cunas de civilización clasica, en la antigua Grecia y luego en Roma se consideraban paganos y salvajes a todos los pueblos cuyas costumbres, dioses y organizaciones de vida social eran diferentes, desconocidas, extrañas y raras. A lo largo de la historia, sobre todo con la conquista y colonializacion de América y Africa, culminó el poder y supremacía de la raza blanca; con su religión monoteísta, que se consideraba por si sola única y absoluta, y lo que es peor, excluía totalmente cualquier otra forma de vida sociable, cultural y religiosa (gitanos, judíos, indios, luego negros, pueblos de religión islámica, eslavos, etc.)Los prejuicios hacia estos pueblos tienen sus raíces ahí y se mantienen hasta hoy. Estos pueblos, según esta doctrina, son primitivos, bárbaros, pecadores, caníbales, sucios, asesinos etc..
A principios del siglo XX tuvo lugar una toma de conciencia internacional del fenómeno del racismo. Los procesos de Nuremberg a los criminales de guerra nazis crearon una situación psicológica y política decisiva en la voluntad de las naciones para erradicar el racismo. Sin embargo, en la sociedad actual aún perduran numerosas formas de racismo, a pesar de las exhortaciones de los organismos internacionales y especialmente de los acuerdos alcanzados respecto a los derechos de las minorías y de las personas. El apartheid en Africa del Sur ha ignorado estos acuerdos sistemáticamente hasta 1990. La masacre de la minoría tutsi en Ruanda en 1993 y la 'limpieza étnica' emprendida por los serbios en la antigua Yugoslavia a partir de 1991, son claras violaciones de los acuerdos internacionales.
Hay una serie de estrategias para luchar de forma efectiva contra el racismo y la xenofobia, una serie de actuaciones tanto a nivel de la sociedad global como a nivel individual. Dichas actuaciones consisten esencialmente en los siguientes aspectos: la desmitificación del concepto RAZA, la educación intercultural, la información objetiva sobre la inmigración, la no-difusión de estereotipos ni imágenes simplificadas, una política de integración de los inmigrantes, la cooperación para el desarrollo...
La cultura es el meollo de la cuestión. Para que el desarrollo sostenible se haga realidad no basta cualquier desarrollo científico ni educativo de las personas y de los pueblos. La viabilidad de todo ello depende de las culturas, pues ni el desarrollo, ni la ciencia, ni la tecnología e incluso, la educación se producen en el vacío. La experiencia internacional confirma que para que las alianzas, pactos, convenios bilaterales a multilaterales sean sólidos, fecundos y duraderos, deben tener como sustrato y fundamento el conocimiento mutuo, los valores compartidos, la tolerancia y el respeto entre las varias sociedades civiles. Lo que los pueblos quieran, teman o esperen, en definitiva, la cultura aparentemente ausente en los actuales debates y procesos de integración, es condición necesaria para que los procesos se desarrollen a se estanquen.
Para cambiar las actitudes es necesario educar y concienciar al público, pero es evidente que esto tampoco será suficiente. En muchos casos, el racismo es una respuesta racional para defender privilegios. La educación por sí misma no cambiará el conflicto de intereses que lo hace funcionar y reproducirse. En algunos casos, no puede producirse un cambio positivo sin reformas económicas y sin contar con nuevos recursos económicos.
„Racismo es como juzgar el valor de un libro por su portada“. Anónimo
1 comentario:
¡¡¡Menudo ritmo de escritura!!!
¿Qué es lo siguiente que tienes pensado?
De momento me sumo a tus propuestas :)
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