viernes, 17 de septiembre de 2010

Catarsis

Llueve. Deben caer goterones porque repican como campanas contra las tejados. Me gusta el sonido de la lluvia. Su olor. A tormenta. A tierra mojada que vuela . Me gusta cuando la vida me entra por el olfato. Me pone triste revolverme, repensar, resentir. Llueve menos. Se apagan las gotas que ya son diminutas, sin energía, y los truenos se alejan, tronando hacia otro lugar. Madrid se ha refrescado. Tengo ganas de invierno, de frío, de jersey gordo. Tengo ganas de edredón y de sentir su calor. La vida son sensaciones, poco más. Tengo ganas que llegue la noche del viernes, del fin de semana. Que las distancias se hagan tan pequeñas que baste alargar la mano. Apenas llueve ya. Los truenos parecen un concierto lejano, casi un susurro. Tengo sueño y ganas de soñar que me despierto y me subo a un tren que viaja hacia un tiovivo lleno de caballos con el pelo rizado. Me gustan los tiovivos y me gusta la gente que se baja de ellos de un salto, como si ya no tuviera miedo a los abismos. Un salto nada más. Sólo uno. La lluvia se perdió en alguna señalización mal puesta porque ha regresado con fuerza: rayos, centellas y truenos. Me gusta ese descontrol, este va y viene de aires y gotas. Miro por la ventana y saco la mano para mojarme. Me gusta oler, pero me encanta tocar, ser tocada, me gusta mojarme hasta empaparme, sin miedo, como si fuese la última vez.

Haiku: Luna


Mil y una estrellas
esperan a que salga
la Luna Llena.

Recién peinada
asoma sobre el cerro
la Luna Blanca.

Baja la Luna
a lavarse sus manchas
en la laguna.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Already know you...

People tell you who they are
but we ignore it,
because we want them to be
what we want them to be.

sábado, 11 de septiembre de 2010

El hilo de Ariadna


Cuenta el poeta Ovidio en sus obras que en Creta reinaba el poderoso Rey Minos. Un día, éste prometió a Poseidón sacrificar aquello que el dios hiciera salir del mar, pero el toro blanco que salió era tan hermoso que Minos se negó a su sacrificio y se quedó en su rebaño.

El dios, enfurecido, hizo que Pasifae, la esposa de Minos, se enamorara del toro. Para poder dar rienda a ese amor, Pasifae pidió a Dédalo que le construyera una vaca de madera, donde ella se metía para poder aparearse con el toro. Así fue hasta que quedó embarazada y dio a luz a un ser con cabeza de toro y cuerpo de hombre, el Minotauro.

Tan avergonzado y temeroso estaba Minos de ese horrible ser, que mandó construir un enorme laberinto en el que hizo encerrar al minotauro, quien por su agresividad no recibía más visita que la de Ariadna, hija mayor del rey Minos. En cada novilunio había que sacrificar un hombre para alimentarlo, pues cuando el monstruo no satisfacía su apetito, se precipitaba fuera para sembrar la muerte y desolación de los habitantes de la comarca.

Un día, el Rey Minos recibió una trágica noticia: su hijo acababa de morir asesinado en Atenas. Minos clamó venganza, reunió a su ejercito y lo envió a Atenas para iniciar el ataque. Atenas, al no estar preparada, no pudo ofrecer resistencia y solicitó la paz. Minos, con severidad dijo: “Os ofrezco la paz, pero con una condición: cada nueve años, Atenas enviará siete muchachos y siete doncellas a Creta para que paguen con su vida la muerte de mi hijo”.

Aquellos jóvenes serían arrojados al Minotauro para que los devorara, pero los atenienses no tuvieron más remedio que aceptar aunque con una única reserva: que si uno de los jóvenes conseguía matar al Minotauro y salir del laberinto (cosa poco menos que imposible) no sólo salvaría su vida, sino también la de sus compañeros, y Atenas sería eximida de dicha condena.

Dos veces pagaron los atenienses el trágico tributo. Se acercaba ya el día en que por tercera vez la nave de velas negras, signo de luto, iba a surcar la mar. Entonces, Teseo, hijo único del rey de Atenas, Egeo, ofreció su vida por la salvación de la ciudad. El Rey y su hijo convinieron en que si a Teseo le favorecía la suerte, el navío que los volviera al país enarbolaría velas blancas.

La prisión de Creta, donde Teseo y los otros jóvenes fueron alojados como prisioneros, lindaba con el parque por donde las hijas del Rey Minos, Ariadna y Fedra, solían pasear. Un día el carcelero avisó a Teseo que alguien quería hablarle. Al salir, el joven se encontró con Ariadna, quien subyugada por la belleza y la valentía del joven decidió ayudarle a matar al Minotauro a escondidas de su padre. “Toma este ovillo de hilo y cuando entres en el Laberinto ata el extremo del hilo a la entrada y ve deshaciendo el ovillo poco a poco. Así tendrás una guía que te permitirá encontrar la salida”.

A la mañana siguiente, el príncipe fue conducido al Laberinto, tomó el ovillo, ató el extremo del hilo al muro y fue desenrollándolo a medida que avanzaba por los corredores. Tras mucho caminar, penetró en una gran sala y se encontró frente al temible Minotauro, que bramando de furor se lanzó contra el joven. El Minotauro era tan espantoso, que Teseo estuvo a punto de desfallecer, pero consiguió vencerle con la espada mágica. Le bastó luego seguir el hilo de Ariadna en sentido inverso y pronto pudo atravesar la puerta de salida.

Teseo salvó su vida, la de sus compañeros y liberó a su ciudad de tan horrible condena. Dispuestos ya a reembarcar, Teseo llevó a bordo en secreto a Ariadna y también a Fedra, quien no quiso abandonar a su hermana mayor. Durante el viaje y tras una feroz tormenta tuvieron que refugiarse en la isla de Naxos. Vuelta la calma, emprendieron el retorno. Pero Ariadna no aparecía, la buscaron, la llamaron, pero fue en vano. Finalmente abandonaron la su búsqueda y se hicieron a la mar.

Habían zarpado cuando Ariadna despertó en el bosque, después de caer extenuada por el cansancio. De pronto, y rodeada por una monumental ceremonia, se le apareció el joven más bello que jamás antes hubiera visto. Era Dionisios, dios del vino, quien le ofreció casamiento y hacerla inmortal. La joven aceptó y después de un viaje triunfal por la Tierra, el dios la llevó a su morada eterna. Uno de sus hijos, Enopión, fue el primer hombre en poder hacer vino en la tierra.

En tanto, en Atenas cundía la tristeza. El anciano Rey iba todos los días a la orilla del mar, esperando ver a su hijo retornar. Al fin, el barco apareció en el horizonte. Pero traía las velas negras y el anciano desesperó. Y es que Teseo, abatido por la desaparición de Ariadna, había olvidado izar las velas blancas, signo de su victoria. Loco de dolor, el rey Egeo se arrojó al mar que desde entonces lleva su nombre. Pasó el tiempo y los atenienses reunidos en asamblea ofrecieron la corona a Teseo, quien se casó luego con Fedra y reinó por largos años.

Y es por este mito por el que aparece la expresión que todavía se utiliza “El Hilo de Ariadna“, para referirnos al instrumento de que nos valemos para encontrar el camino que conduce a solucionar un problema complicado.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Ella-Bebe

Hagamos de esta letra un himno...



Ella sa cansao de tirar la toalla
se va quitando poco a poco telarañas
no ha dormido esta noche pero no esta cansada
no mira ningún espejo pero se siente to’ guapa
Hoy ella sa puesto color en las pestañas
hoy le gusta su sonrisa, no se siente una extraña
hoy sueña lo que quiere sin preocuparse por nada
hoy es una mujé que se da cuenta de su alma
Hoy vas a descubrir que el mundo es solo para ti
que nadie puede hacerte daño, nadie puede hacerte daño
hoy vas a comprender
que el miedo se puede romper con un solo portazo.
hoy vas a hacer reir
porque tus ojos se han cansado de ser llanto, de ser llanto…
hoy vas a conseguir
reirte hasta de ti y ver que lo has logrado que…
Hoy vas a ser la mujé
que te dé la gana de ser
hoy te vas a querer
como nadie ta sabio queré
hoy vas a mirar pa’lante
que pa atrás ya te dolió bastante
una mujé valiente, una mujé sonriente
mira como pasa
Hoy nasió la mujé perfecta que esperaban
ha roto sin pudore las reglas marcadas
hoy ha calzado tacone para hacer sonar sus pasos
hoy sabe que su vida nunca mas será un fracaso
Hoy vas a descubrir que el mundo es solo para ti
que nadie puede hacerte daño, nadie puede hacerte daño
hoy vas conquistar el cielo
sin mirar lo alto que queda del suelo
hoy vas a ser feliz
aunque el invierno sea frio y sea largo, y sea largo…
hoy vas a conseguir
reirte hasta de ti y ver que lo has logrado…
Hoy vas a descubrir que el mundo es solo para ti
que nadie puede hacerte daño, nadie puede hacerte daño
hoy vas a comprender
que el miedo se puede romper con un solo portazo.
hoy vas a hacer reir
porque tus ojos se han cansado de ser llanto, de ser llanto…
hoy vas a conseguir
reirte hasta de ti y ver que lo has logrado ohhhh…

Inception


You´re waiting for a train
a train that will take you far away
you know where you hope this train will take you
but you can't be sure
but it doesn´t matter...
because we´ll be together.